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D.I.G.A. (Diccionario Incompleto del Guión Audiovisual) crece cada día un poco más. Os ofrecemos un par de ampliaciones: el esquema de dos episodios de la serie House y la entrada Montaje perfeccionada.
Montaje
Última fase del proceso de producción audiovisual, posterior al rodaje, que consiste en la selección del material y la ordenación en el tiempo de las imágenes y sonidos según el guión.
El montaje pretende actuar sobre la percepción del espectador a través de esta ordenación. Busca, cuando es para el audiovisual popular, la emoción. Quien termina la labor del guionista, quien realiza el guión definitivo fijándolo para siempre en el tiempo, es el montador. El montaje final es el guión definitivo de cualquier obra audiovisual. Slavko Vorkapich (The Furies, 1934) empieza su carrera en los años veinte como cineasta experimental y se convierte en uno de los montadores significativos del Hollywood clásico. Directores como Stanley Kubrick, David Lean, Robert Wise, Edward Dmytryk, Jean Luc Godard, Alain Resnais, Martin Scorsese o Christopher Nolan, empiezan su carrera como montadores.
El montaje clásico pretende ser lo más imperceptible posible es decir, ocultar los múltiples cortes de un film, para al visionarlo no apreciar que ha sido montado. Al contrario del tipo de montaje utilizado en las películas incluidas en las vanguardias cinematográficas de todas las épocas.
Del mismo modo que existen parejas de guionistas y directores, también directores y montadores suelen formar equipos de trabajo: es el caso de Eric Rohmer y Cécile Decugis, Martin Scorsese y Thelma Schoonmaker, Woody Allen y Susan E. Morse, Pedro Almodóvar y José Salcedo, Takeshi Kitano y Yoshinori Ota, Wong Kar Wai y William Chang. Diversas formas de publicidad, la videocreación, algunos reportajes, documentales y programas de archivo utilizan el montaje como procedimiento creativo principal, hasta el punto de que a menudo el guión se construye durante esta fase de la postproducción. El cine soviético de los años veinte, con directores como Sergei Eisenstein (El acorazado Potemkin –Bronenosets Potiomkin, 1925, Octubre –Oktiabr, 1928), Vsevolod Pudovkin (La madre –Matr, 1926) o Dziga Vertov (Un hombre con una cámara –Cielovik s Kinoapparaton, 1929), considera el montaje como la base de la puesta en escena, y se caracteriza tanto por films de la época del mudo que expresan ideas complejas gracias a la yuxtaposición de imágenes como por un ritmo muy alto e incluso vertiginoso. Orson Welles se caracteriza en distintas épocas por films de planos largos con profundidad de campo (Ciudadano Kane –Citizen Kane, 1942) y planos muy breves y extrema fragmentación (Otelo –Othello, 1952, Fraude –Fake, 1975). Alfred Hitchcock incorpora numerosos mecanismos de montaje a lo largo de toda su filmografía, como la primera vez que se utiliza el llamado encabalgamiento sonoro o sonido por encima del corte, para hacerlo más invisible, en La muchacha de Londres (Blackmail, 1929), montada por Emile de Ruelle, los fotogramas blancos en el momento culminante de la acción en Extraños en un tren (Strangers on a train, 1951), montada por William H. Ziegler, o una aplicación del Efecto Kuleshov (los planos que toman un significado distinto según el contexto emocional) en La ventana indiscreta (Rear Window, 1954), montada por George Tomasini.
Distintas épocas de renovación audiovisual, como los nuevos cines de los años sesenta o la irrupción del videoclip en televisión, se vinculan al trabajo en la postproducción. Algunos directores a partir de los años noventa proceden del campo videoclip, como Spike Jonze (Cómo ser John Malkovich -Being John Malkovich, 1999), o Michel Gondry (Olvídate de mí -Eternal Sunshine of the Spotless Mind, 2004), ambas del guionista Charlie Kaufman. Otros directores vinculados al montaje son Oliver Stone: en JFK (1991), con el montador Pietro Scalia, utiliza convenciones de reportaje y documental en un film de ficción; David Fincher en El club de la lucha (Fight Club, 1999) expone la utilización y los efectos del fotograma subliminal; Andrei Tarkovsky se caracteriza por sus planos secuencia, en su libro Esculpir en el tiempo (1985) habla de la dificultad de montar dos planos en los que el tiempo fluye de forma distinta.
El cómic influye en la manera de montar películas de animación y el cine influye en el cómic
Las películas 300 (2007) de Zack Snyder adaptación del cómic de Frank Miller o Caballero oscuro (The Dark Knight, 2008) de Cristopher Nolan sobre el personaje de Bob Kane son herederas de las maneras de planificar al estilo comic, al igual que Delicatessen (1991) de Jeunet y Caro y esta sin partir de un cómic.
En las películas del género fantástico, sobre todo las de de ciencia ficción y las dirigidas mayoritariamente a un público juvenil, se suele dar prioridad al ritmo, lo que implica mayor fragmentación de puntos de vista y montaje rápido. Si el objetivo es profundizar en el drama de la condición humana puede haber mayor tendencia al plano secuencia o a una fragmentación menor.
Las películas de producción norteamericana de entretenimiento o las que siguen su modelo, tienden más al montaje rápido que las del resto de otras nacionalidades como Moulin Rouge (2001) de Baz Luhrmann o Origen (Inception, 2010) de Cristopher Nolan. Existen películas de otras nacionalidades con montaje muy fragmentado como la brasileña Ciudad de Dios (Cidade de Deus, 2002) de Fernando Meireilles, la mejicana Amores perros (2000) de Alejandro González Iñárritu o las inglesas Snatch. Cerdos y diamantes (2000) de Guy Rychie o Hijos de los hombres (2006) de Alfonso Cuarón.
Secuencias icónicas de montaje en el audiovisual
Una de las escenas icónicas de la historia del audiovisual, el asesinato de la protagonista en la ducha en el minuto cuarenta del film Psicosis (Psycho, 1960) de Alfred Hitchcock, con guión de Joseph Stephano según la novela de Robert Bloch, planificada por Saul Bass y montada por George Tomasini, es un ejemplo del poder de la planificación y el montaje —muy fragmentado— sobre la mente del espectador.
Otra secuencia icónica, el ametrallamiento de la multitud en las escaleras de Odessa en el film El acorazado Potemkin (Bronenosets Potiomkin, 1925), de Sergei M. Eisenstein, está también en la línea de los efectos de expresión de la violencia que contiene el montaje muy fragmentado. Otras escenas, secuencias y películas: el asesinato de Abraham Lincoln en El nacimiento de una nación (The birth of a nation, 1915) de David Wark Griffith; los saltos de trampolín en Olimpia (1938) de Leni Riefenstahl; las violaciones de la gramática clásica del montaje en A bout de souffle (1959) de Jean Luc Godard. Ejemplos de cortometrajes construidos exclusivamente con montaje de imágenes de archivo son Dreamers (1998), de Félix Viscarret y Diane Wellington (2010) de Arnaud des Pallières.
Diccionario incompleto del guión audiovisual
Publicado por Editorial Océano (Barcelona) en marzo del 2003.
676 páginas
867 entradas
49 diagramas de largometrajes, cortometrajes, series, spots y videoclips.
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