miércoles, 19 de septiembre de 2007

Edu Soto es el detective de ruidos

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Recuerdo los pocos días de ensayos con Edu Soto (porque mientras con Pau Roca y Rose Avalon nos entretuvimos 6 meses improvisando sobre los textos, con Edu Soto todo fue meteórico). Recuerdo, decía, que íbamos por la calle y TODO EL MUNDO le conocía. Y cuando digo todo el mundo es exactamente eso. Unos le miraban sonriendo, otros le lanzaban el consabido “¡Hola, Neng!”. Otros le pedían autógrafos. Otros casi le exigían que se hiciera el gracioso. Precisamente a él, que nunca ha querido hacerse el gracioso, porque uno de sus mecanismos es tomarse muy en serio el personaje. Y a partir de ahí lo que venga.

Me recuerdo a mí mismo rompiéndome de risa en los ensayos. Eso se puede ver en el making off. De golpe pensé que el texto lo había escrito él. Lo había hecho suyo con tan portentosa facilidad que cualquiera iba a pensar que estaba escrito para Edu Soto o que era directamente suyo. No lo voy a negar.

Le conté que el detective de ruidos era un buen profesional, un hombre más bien de recta moral, un tipo solitario, con un ligero problema de sordera. Sólo la precariedad económica justifica que se haya involucrado en buscar un ruido. Pero como buen profesional se ha tomado de todo para agudizar su percepción y la consecuencia no deseada es que oye demasiado. Se le mezclan los sonidos. Hasta percibe la circulación de su propia sangre (recortamos la parte donde dice esa frase, lo siento). Imposible distinguir la procedencia de una alarma. Ni siquiera con ese bello sonómetro de los años 50.

Lo de la recta moral más bien tradicional viene de que después de flirtear con Julia, tras atribuirle una especie de exceso de “ruido” en su organismo (“más de 60 decibelios, tú deberías estar prohibida”), tras recitarle unos versos y después de proponerle que huya con él a unos lagos en los que se puede percibir el silencio, abandona en seguida la lucha al creer que Aparisi es su pareja. Y él, que como detective se ha especializado en adulterios, no va a presionar para romper una pareja, de eso ya ha visto bastante. Buen perdedor, regala al afortunado todo lo que tiene, prismáticos y sonómetro.

El detective de ruidos representa el límite surrealista al que nos hemos permitido llegar dentro de nuestro registro preferentemente realista. Difícil crear un personaje tan completo en tan poco tiempo. Saludos a Edu Soto. Todos los espectadores se acuerdan de ese personaje.

2 comentarios:

PRU dijo...

Hola, Joan ! M'ha agradat trobar-te pel meu blog, gràcies per la visita... A mi també em va agradar la teva peli, t'acceptaré encantat la cervesa quan ens trobem 'por ahí', però sàpigues que és possible que et deixi anar algunes preguntes que em van passar pel cap al veure-la, inquiet i curiós que és un, hehehe...

Una abraçada, i a reveure...

Anónimo dijo...

Buenas, he visto la pelicula, me ha gustado mucho, y me reí mucho cuando salió Edu Soto (aun que el personaje de Pau Roca me conquistó)