domingo, 30 de septiembre de 2007
miércoles, 26 de septiembre de 2007
a EL TEMPS DEL PICÓ
El dijous dia 27 a les 22.15 al programa “El temps del Picó” de BTV podreu veure entre altres coses un reportatge sobre els singulars fenòmens atmosfèrics que han acompanyat la trajectòria de “Pactar amb el gat”.
Tot va ser “culpa” de l’Elisabeth Prandi, la directora de fotografia.
L’Elisabeth va assegurar –i tenia raó- que la millor llum de l’any per fotografiar els terrats del barri de Gràcia era la de la tardor. “Però hi ha el risc de la pluja”, va afegir, sense donar-li gaire importància. Jo no n’hi vaig donar cap ni una. Corria la primavera del 2005 i tots els dies feia sol.
Però ja en l’època dels assaigs va esclatar ni més ni menys que un tornado davant dels nostres nassos, com avenç del que havia de passar en el rodatge, en el que vem estar constantment perseguits per les turmentes més abundants dels darrers cinquanta anys a la ciutat de Barcelona.
A la ficció de la pel.lícula hi ha diversos moments de pluja, però cap d’ells va coincidir amb la pluja real atmosfèrica. És a dir, totes les pluges que s’hi poden veure són artificials. Pitjor encara: els dies que necessitàvem bon temps ens van caure al damunt turmentes que, no és exagerat, ens van posar en perill. En una de les ocasions en perill seriós.
EL TORNADO DEL 7 DE SETEMBRE DEL 2005
El 7 de setembre del 2005 –dos anys clavats abans de l’estrena- la Rose Avalon (Júlia), el Pau Roca (Aparisi) i jo mateix acabàvem un dels molt assaigs preparatoris. Érem al Prat de Llobregat. Vem anar a deixar en cotxe la Rose al barri de Sant Cosme, que està tocant a l’aeroport. I allà el vem veure, gegantí, semblava de mentida. Hem vist darrerament molts tornados a Internet. N’hi ha de més potents, de més espectaculars, de més americans, però no de més bells. | El nostre té, en el moment en que es difumina, unes imatges de núvols en serpentina multiforme que no hem vist en cap altra grabació. |
LA TURMENTA DE L’11 DE NOVEMBRE DEL 2005
11 11 05 |
Un bon dia, fa poc, vaig rebre una trucada que no m’hauria impressionat més si hagués vingut d’Orson Welles, era Alfred Rodríguez Picó. Som fidels seguidors del seu programa a BTV des que va començar.
Raquel Prat ens va entrevistar a un dels terrats de Gràcia on vem estar filmant.
Per tant, de tot això es parlarà, i amb propietat, posant els noms correctes als núvols i als vents, el dijous 27 de setembre a “El temps del Picó”, l’únic programa dedicat íntegrament a la meteorologia. El tornado, per cert, es podrà veure amb imatges de millor qualitat que les que es poden veure al youtube.
El jueves día 27 a las 22.15 en el programa "El temps del Picó" de BTV podréis ver entre otras cosas un reportaje sobre los singulares fenómenos atmosféricos que han acompañado la trayectoria de "Pactar con el gato".
Todo fue "culpa" de Elisabeth Prandi, la directora de fotografía. Elisabeth aseguró -y tenía razón- que luz más bella del año para fotografiar las azoteas del barrio de Gracia era la del otoño. "Aunque está el riesgo de la lluvia", añadió, sin darle importancia. Yo ni pensé en ello. Corría la primavera del 2005 y todos los días apretaba el sol.
Pero ya en la época de los ensayos estalló ni más ni menos que un tornado delante de nuestras narices, como prólogo de lo que había de suceder en el rodaje, en el que estuvimos constantmente perseguidos por las tormentas más abundantes de los últimos cincuenta años en la ciudad de Barcelona.
En la ficción de la película hay diversos momentos de lluvia, pero ni uno de ellos coincidió con la lluvia real atmosférica. Es decir, todas las lluvias son artificiales. Peor todavía: los días que necesitábamos buen tiempo nos cayeron encima tormentas que, no es exagerado, nos pusieron en peligro. En una de las ocasiones en serio peligro.
EL TORNADO DEL 7 DE SEPTIEMBRE DEL 2005
El 7 de septiembre del 2005 -dos años justos antes del estreno- Rose Avalon (Julia), Pau Roca (Aparisi) y yo mismo acabábamos uno de los muchos ensayos preparatorios. Estábamos en El Prat de Llobregat. Acompañamos a Rose al barrio de San Cosme, que está junto al aeropuerto. Y allí estaba, gigantesco, parecía de mentira. Hemos visto muchos tornados en la red. Los hay más potentes, más espectaculares, más americanos, más no más bellos. | El nuestro tiene, en el momento en que se difumina, unas imágenes de nubes en serpentina multiforme que no hemos visto en ninguna otra grabación. |
LA TORMENTA DEL 11 DE NOVIEMBRE DEL 2005
11 11 05 |
Un buen día, hace poco, recibí una llamada que no me habría impresionado más si hubiese venido de Orson Welles, era Alfred Rodríguez Picó. Somos fieles seguidores de su programa en BTV desde que empezó.
Raquel Prat nos entrevistó en una de las azoteas de Gracia donde estuvimos filmando.
Por tanto, de todo ello se hablará, y con propiedad, poniendo los nombres correctos a las nubes y a los vientos, el jueves 27 de septiembre en "El temps del Picó", el único programa dedicado íntegramente a la meteorología. El tornado, por cierto, se podrá observar en imágenes de mejor calidad que las que se pueden ver en el youtube.
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Edu Soto es el detective de ruidos
es |
Me recuerdo a mí mismo rompiéndome de risa en los ensayos. Eso se puede ver en el making off. De golpe pensé que el texto lo había escrito él. Lo había hecho suyo con tan portentosa facilidad que cualquiera iba a pensar que estaba escrito para Edu Soto o que era directamente suyo. No lo voy a negar.
Le conté que el detective de ruidos era un buen profesional, un hombre más bien de recta moral, un tipo solitario, con un ligero problema de sordera. Sólo la precariedad económica justifica que se haya involucrado en buscar un ruido. Pero como buen profesional se ha tomado de todo para agudizar su percepción y la consecuencia no deseada es que oye demasiado. Se le mezclan los sonidos. Hasta percibe la circulación de su propia sangre (recortamos la parte donde dice esa frase, lo siento). Imposible distinguir la procedencia de una alarma. Ni siquiera con ese bello sonómetro de los años 50.
Lo de la recta moral más bien tradicional viene de que después de flirtear con Julia, tras atribuirle una especie de exceso de “ruido” en su organismo (“más de 60 decibelios, tú deberías estar prohibida”), tras recitarle unos versos y después de proponerle que huya con él a unos lagos en los que se puede percibir el silencio, abandona en seguida la lucha al creer que Aparisi es su pareja. Y él, que como detective se ha especializado en adulterios, no va a presionar para romper una pareja, de eso ya ha visto bastante. Buen perdedor, regala al afortunado todo lo que tiene, prismáticos y sonómetro.
El detective de ruidos representa el límite surrealista al que nos hemos permitido llegar dentro de nuestro registro preferentemente realista. Difícil crear un personaje tan completo en tan poco tiempo. Saludos a Edu Soto. Todos los espectadores se acuerdan de ese personaje.
martes, 18 de septiembre de 2007
Sin sala en Barcelona para pactar en catalán
DIMARTS, 18/09/2007 - 06:00h
"No hem trobat cap sala per estrenar el film en català a Barcelona" es el titular con el que aparece la entrevista a Joan Marimón en VILAWEB.
Clic AQUÍ y accedes al texto.
El texto es breve pero va acompañado de un vídeo de 4 minutos que lo completa.
"No hem trobat cap sala per estrenar el film en català a Barcelona" es el titular con el que aparece la entrevista a Joan Marimón en VILAWEB.
El texto es breve pero va acompañado de un vídeo de 4 minutos que lo completa.
lunes, 17 de septiembre de 2007
La canción y el tornado
Tras echar un repaso a la cartelera de cine, nos hemos dado cuenta de que en las películas de las actuales salas de estreno andamos algo escasos de:
Empecemos por lo segundo, el tornado.
No es de efectos especiales, sino auténtico. Y doméstico: un tornado catalán, nacido en la costa del Baix Llobregat, muy cerca del “cinturón de tornados” del Garraf. Corría el mes de septiembre del 2005. Pau Roca, Rose Avalon y el monje estábamos ensayando unas escenas de azoteas en los terrados del antiguo cine Monmari, del Prat de Llobregat. Llovía y el viento era imponente. Terminado el ensayo, fuimos a dejar a Rose a su casa en Sant Cosme. Y allí lo vimos: real, verdadero, impresionante. Después supimos que ese mismo tornado había levantado un metro del suelo un avión estacionado, repleto de pasajeros, en el vecino aeropuerto. El monje tenía además la cámara de mini-dv en la mano con la que había grabado el ensayo previo. La puso en marcha. Pau Roca hizo lo último que debe hacerse: correr hacia la base del tornado, que estaba allí mismo. El monje le siguió (como puede verse en la grabación) y, a pesar de andar bajo de batería, captó la “muerte” del tornado. Un bonito espectáculo.
En cuanto a la canción, se trata de “Parlem-ne”, composición de Merche Pérez que cantan ella misma y Rose Avalon. Merche se interpreta a sí misma en la película y Rose es Julia, la okupa que quiere estudiar veterinaria para estar cerca de su tío, del que está enamorada, renunciando a una prometedora carrera como cantante.
“Parlem-ne” (Hablemos) es un himno al diálogo, a la paz, a la libertad y a la tolerancia. La letra está adaptada de una homilía del cardenal Narcís Jubany pronunciada el día del funeral por la masacre de Hipercor. Merche canta en catalán y Rose repite la misma letra en vasco. Una canción espléndida que no me canso de oír. Como he dicho, es de las pocas, tal vez la única canción catalana y vasca en la actual cartelera de cine.
Dos excepciones que os brindamos desde aquí.
- Canciones catalanas y vascas
- Tornados
Empecemos por lo segundo, el tornado.
No es de efectos especiales, sino auténtico. Y doméstico: un tornado catalán, nacido en la costa del Baix Llobregat, muy cerca del “cinturón de tornados” del Garraf. Corría el mes de septiembre del 2005. Pau Roca, Rose Avalon y el monje estábamos ensayando unas escenas de azoteas en los terrados del antiguo cine Monmari, del Prat de Llobregat. Llovía y el viento era imponente. Terminado el ensayo, fuimos a dejar a Rose a su casa en Sant Cosme. Y allí lo vimos: real, verdadero, impresionante. Después supimos que ese mismo tornado había levantado un metro del suelo un avión estacionado, repleto de pasajeros, en el vecino aeropuerto. El monje tenía además la cámara de mini-dv en la mano con la que había grabado el ensayo previo. La puso en marcha. Pau Roca hizo lo último que debe hacerse: correr hacia la base del tornado, que estaba allí mismo. El monje le siguió (como puede verse en la grabación) y, a pesar de andar bajo de batería, captó la “muerte” del tornado. Un bonito espectáculo.
En cuanto a la canción, se trata de “Parlem-ne”, composición de Merche Pérez que cantan ella misma y Rose Avalon. Merche se interpreta a sí misma en la película y Rose es Julia, la okupa que quiere estudiar veterinaria para estar cerca de su tío, del que está enamorada, renunciando a una prometedora carrera como cantante.
“Parlem-ne” (Hablemos) es un himno al diálogo, a la paz, a la libertad y a la tolerancia. La letra está adaptada de una homilía del cardenal Narcís Jubany pronunciada el día del funeral por la masacre de Hipercor. Merche canta en catalán y Rose repite la misma letra en vasco. Una canción espléndida que no me canso de oír. Como he dicho, es de las pocas, tal vez la única canción catalana y vasca en la actual cartelera de cine.
Dos excepciones que os brindamos desde aquí.
domingo, 16 de septiembre de 2007
Con otra mirada
Desde las azoteas se dispone de una perspectiva diferente de acontecimientos y circunstancias. La ciudad es la misma pero al cambiar el punto de vista todo se ve con otra mirada.
Desde aquí llegan las voces de lo que abajo se dice: si bien todo el mundo habla, sólo entienden quienes quieren.
Hay quien distingue el plástico del efectivo, el embrague del freno, la recta de la curva... pero todo eso es ahí abajo. Aquí arriba no es distinto pero sí diferente: aunque no haya cajeros se mueve dinero, no circulan coches pero hay circulación y el recorrido entre dos puntos suele ser sinuoso.
Hay quien ve imágenes y se duerme, hay quien oye diálogos y no les encuentra asidero, hay quien ante escenas de marginalidad cotidiana no ve progresión de acción ni consistencia de actuación y hay quien situado ante una azotea alega necesitar un pellizco para creérselo.
Hay quien con dos ojos no es capaz de ver lo que yo con uno: el paisaje humano y urbano puede desbordarse y descubrirnos subjetividades presentes pero olvidadas, pasiones de ojos vendados, objetos de deseo imposibles, determinaciones irrenunciables alimentadas por el hecho de ser joven y tener tiempo para gastar, identidades que palpitan entre la solidaridad vecinal.
Para mejor entender, además de hablar y querer, hay que disponer, con independencia de si crítico o artista, de otro punto de vista. La comprensión mejora cuando se observa con otra mirada.
Desde aquí llegan las voces de lo que abajo se dice: si bien todo el mundo habla, sólo entienden quienes quieren.
Hay quien distingue el plástico del efectivo, el embrague del freno, la recta de la curva... pero todo eso es ahí abajo. Aquí arriba no es distinto pero sí diferente: aunque no haya cajeros se mueve dinero, no circulan coches pero hay circulación y el recorrido entre dos puntos suele ser sinuoso.
Hay quien ve imágenes y se duerme, hay quien oye diálogos y no les encuentra asidero, hay quien ante escenas de marginalidad cotidiana no ve progresión de acción ni consistencia de actuación y hay quien situado ante una azotea alega necesitar un pellizco para creérselo.
Hay quien con dos ojos no es capaz de ver lo que yo con uno: el paisaje humano y urbano puede desbordarse y descubrirnos subjetividades presentes pero olvidadas, pasiones de ojos vendados, objetos de deseo imposibles, determinaciones irrenunciables alimentadas por el hecho de ser joven y tener tiempo para gastar, identidades que palpitan entre la solidaridad vecinal.
Para mejor entender, además de hablar y querer, hay que disponer, con independencia de si crítico o artista, de otro punto de vista. La comprensión mejora cuando se observa con otra mirada.
viernes, 14 de septiembre de 2007
Diálogos pactados con el gato
Por culpa de ésta voy a tener que hacer algo que no tenía intención de hacer. ¿Tú conoces a Aparisi?. Me ha pedido varias veces que salgamos.
Oye que me parece que no lo acabas de entender. ¡Que se vaya él si quiere!, ¿no?. Vale, sí, Aparisi, sí. ¡Claro!.
Hablando la gente se entiende, la gente se entiende hablando.
Hola, buenos días. Estamos buscando una gata... ¿Una gata?. Sí. Esto tiene más coherencia, ojalá me hubiera tocado a mi buscar una gata.
Miaaaauuuuuu.
Oye que me parece que no lo acabas de entender. ¡Que se vaya él si quiere!, ¿no?. Vale, sí, Aparisi, sí. ¡Claro!.
Hablando la gente se entiende, la gente se entiende hablando.
Hola, buenos días. Estamos buscando una gata... ¿Una gata?. Sí. Esto tiene más coherencia, ojalá me hubiera tocado a mi buscar una gata.
Miaaaauuuuuu.
miércoles, 12 de septiembre de 2007
martes, 11 de septiembre de 2007
Semana de estreno del drama alegre
La semana ha sido de vértigo para un monje como yo. El objetivo era el de llegar al viernes día 7 de septiembre, el día del estreno, después de haber promocionado al máximo la película en el mundo. En toda la extensión del mundo para la que dan las diez copias del estreno.
El martes día 5 el equipo estuvo en Manresa, en cuyo cine Bages se estrena PACTAR AMB EL GAT, la versió catalana. Elisabeth Prandi, la directora de fotografía, las protagonistas Rose Avalon y Belén Fabra, más el monje, atendimos a la prensa de la mano de Joan Barber, el director del Festival de Cinema Negre de Manresa. En la terraza de un bar céntrico contestamos a las preguntas en lo que había de ser el prólogo del resto de la semana. Allí nos aprendimos algunas frases que después hemos ido repitiendo. Rose se aprendió su discurso y estuvo brillante: “Julia passa per tots els estats emocionals: plora, riu, trenca coses, canta, és inmmensament feliç i desgraciada. Tot i travessar les pitjors crisis té la sort d’estar enamorada”. Belén habló del mundo especial del director y de la música de la película, lo que nos dio pie a citar a Frederic Mompou y a los músicos: Pere Monterde (que ha compuesto al estilo Mompou), a Merche Pérez, la cantautora que ha compuesto los temas que canta con Rose, los vanguardistas Aleix Pitarch, el experimental grupo Frullato, el explosivo tándem Mireia Tejero-Dácil López y el grupo Belleville de guitarras de jazz.
El miércoles día 6 estábamos en los cines Renoir Princesa de Madrid. Alberto Jiménez (David) terminó de rodar a las 6 de la mañana en Cáceres, donde trabaja en una co-producción hispano argentina, tomó un autobús y llegó poco después de empezar el coloquio. Le esperábamos Pau Roca, Rose Avalon, Elisabeth Prandi y el monje. Hubo proyección en 35 mm y así asistimos a la primera sesión pública con gente. Con veinte años de proyeccionista a mis espaldas, viendo muchas veces la misma película con gente distinta en la sala, sé cuándo van bien las cosas o cuándo se hunden. Esa sesión fue una maravilla. Tuvimos que poner freno al coloquio, en el que no terminaban las preguntas.
El jueves día 6 por la mañana, el equipo estaba en el Renoir Les Corts de Barcelona. Menos público que en Madrid. Abrieron el coloquio Merche Pérez y Rose Avalon cantando “Conflicte” y “Parlem-ne”. No me canso de oír estos temas. Son dos magníficas cantantes, ojalá la película sirva para proyectarlas.
El mismo jueves por la noche estábamos en la sede del diario Levante, en Valencia. Una noche de ensueño, un sueño hecho realidad. No sé si podremos aumentar nunca el nivel de esas horas. Aplausos, comentarios entusiastas, coloquio de análisis de personajes, de estructura de guión, de diálogos, repaso del proceso creativo… Y en los días siguientes, noticia de esa proyección en el diario Levante. Una página de comentario y de crítica, escrita por María Tomás y por Fernando Franco, que conservaremos como un tesoro. Cuando se lo comenté a Tasio, su respuesta, lejos de su perifrástica habitual fue: "Han visto la película".
El viernes día 7, el día del estreno, empezó con una entrevista en el programa de Llucià Ferrer, “On vols anar a parar”, en Catalunya Radio. Pau Roca, Vicky Peña y el monje contestaron a las preguntas en distintos registros de Llucià y su equipo, lo que incluye someterse a las bromas finales. Todo un ejercicio, suerte que al monje le pilló con cierto entreno.
Unas horas después, estábamos ensayando la performance que había de preceder al estreno. Cada uno de los actores, más Elisabeth Prandi en representación de los técnicos y Meche Pérez en la de los músicos, tenía que decir una frase muy breve, referente a su personaje, en tono de broma. Sólo Rose Avalon y Vicky Peña entraron en el recuerdo y en la denuncia. El recuerdo de Miguette, una de las gatas de “Pactar con el gato”, que murió justo el día anterior, y a quien Rose Avalon dedicó la sesión. Vicky Peña denunció el abandono de gatos y en general de animales.
Sala totalmente llena, incluso algunos quedaron fuera y por lo que parece otros se colaron por detrás. Buena intensidad de luz y buen sonido en la pantalla. El público lo rió todo, incluso lo más sutil. Pareció más una comedia que un drama. “Pactar con el gato”, con la sala a rebosar, alcanzó esa condición de drama alegre que se anuncia en el cartel. A la salida, tantísimos comentarios sincrónicos que el monje todavía los ordena y archiva en su biblioteca mental. Com-radio estuvo allí cubriéndolo.
Al día siguiente, dos entrevistas, una en Radio Marca, con Pepe Nieves, muy cinéfila. Y la segunda, con Pau Roca, en el RAC, con Marta Cailá, en el programa “Via lliure”. Marta Cailá estuvo el día antes en el estreno, la película le entusiasmó, de punta a punta, desde los personajes a los diálogos pasando por los gatos y la música, y nos hizo la entrevista que cualquier cineasta puede desear.
lunes, 10 de septiembre de 2007
lunes, 3 de septiembre de 2007
Belén Fabra es Sara
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Ese es uno de los encantos de Sara, la atractiva novia de David el veterinario, la temible rival de la joven Julia. Sara no solo es guapa sino que es… desconocida. El tipo de mujer que un hombre ve pasar por la calle e imagina cómo sería una vida entera a su lado. Y el hombre envidia esa vida no vivida y recuerda a la mujer hasta su último suspiro.
¿Pero cómo es nuestra Sara? ¿La llegaremos a conocer? ¿Es sólo una mujer perfecta, como se imagina uno que podría ser una desconocida? ¿Perfecta, peligrosa, símbolo de la aventura, del viaje, del verdadero amor...? De Sara sabemos pocas cosas: trabaja en la consulta veterinaria, ha estudiado psicología y quiere a David. Lo que no sabemos, lo que Julia no sabe son los detalles de esa temperatura amorosa: ¿quiere David a Sara? ¿están en crisis? ¿van a separarse? ¿se están reconciliando? ¿tiene ella –Julia- alguna opción ante ese David en probable crisis con Sara?
Belén Fabra no parece del sur de Europa. De hecho, no parece de ninguna parte. O quizá sí: de la internacionalidad europea. No obstante, si la oyeran en estos días hablando con un fuerte acento catalán occidental –porque está preparando en teatro el “Tirant lo Blanc” dirigido por Calixto Bieito- se descubriría su procedencia: Tortosa. Antes tuvo acento tailandés en otra obra de Bieito, “Plataforma”, sobre la novela de Houellebecq. Y antes de eso, trabajó con Vicente Aranda en una película a punto de estrenar. Y antes, viajó. Y después, volverá a viajar.
No debiéramos descubrir otro secreto, que atenta a su natural glamour, pero ¿por qué ocultarlo? Muy pocos lo saben, Belén Fabra es también, y contra todo pronóstico, una magnífica actriz cómica.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Un día en la vida
Viernes 3 de febrero de 2006. No fue un día más, fue un día en la vida.
Gracias a la disponibilidad de tiempo que ahora disfruto me personé a las 5 de la tarde en la puerta del cine que mi amigo guionista había elegido como localización para una escena de treinta segundos del largo en el que se ha embarcado.
Una hora más tarde allí no había aparecido nadie. Sin embargo, la valla que abarcaba toda la fachada del local, delimitada por dos decorativas señales de prohibido aparcar en horario de cine, me indicaba que aún no había llegado el equipo de rodaje: el espacio reservado para aparcamiento estaba expedito.
En el paseo central de la avenida, justo enfrente de la puerta de entrada, había una bohemia pareja de jóvenes que me dieron la pinta de ser del equipo de rodaje. Así pues, me dispuse a esperar acontecimientos.
La estrella del momento era el letrero, sujeto en la mitad del vallado, que informaba del motivo de la reserva de espacio. Muchos viandantes se acercaron hasta el letrero sólo para leer su contenido. Constatación del denominado porterismo de a pie.
Mientras un guardia urbano recetaba un refresco del código de circulación a un vehículo aparcado sobre la acera, un amable señor me ponía en antecedentes: "Esta mañana, bien temprano, esa pareja de jóvenes, --se refería a la pareja bohemia-- ya estaban ahí con los arreos para ir vallando la zona conforme los coches se iban yendo. También se encargan de enseñar la autorización caso de ser requerida por la guardia urbana".
Enfrente nuestro, el chico y la chica se contorsionaban para desentumecerse.
Sin necesidad de permisos, el frío también estaba instalado en la zona.
Visto y no visto, llegó todo el mundo. Los técnicos de producción tomaban distancias, marcaban posiciones, medían la luz ambiente y verificaban que la escena se ajustase a lo indicado en el plan de rodaje. La taquilla fue adaptaba para la filmación. Un foco ocupó el sitio ante la segunda ventanilla. El armario de los carteles cedió su sitio a la cámara.
En cuestión de minutos me vi con una buena amiga, como extras, con una cuba de palomitas en el regazo, mientras hacíamos cola ante la ventanilla para comprar la entrada. Nuestro papel: llenar el campo de visión de la cámara. Toda una responsabilidad pues sólo faltaba que tuvieran que repetir la toma por causa nuestra.
Nos indicaron dónde ponernos, cómo comportarnos y qué decir al llegar a la ventanilla. También nos rellenaron el barreño de palomitas un par de veces dado que durante las pausas entre ensayos íbamos comiendo sin parar y el nivel quedaba fuera del campo de visión de la cámara. No es muy normal acercarse a comprar la entrada con las palomitas en el regazo pero ahora con la ley anti-tabaco en vigencia hay que matar los nervios de la espera de alguna manera y ésta es una muy nutritiva.
En total dos horas para una escena de treinta segundos.
Tiempo después me pasaron las fotos del día. No fue un día más, fue un día en la vida.
Una hora más tarde allí no había aparecido nadie. Sin embargo, la valla que abarcaba toda la fachada del local, delimitada por dos decorativas señales de prohibido aparcar en horario de cine, me indicaba que aún no había llegado el equipo de rodaje: el espacio reservado para aparcamiento estaba expedito.
En el paseo central de la avenida, justo enfrente de la puerta de entrada, había una bohemia pareja de jóvenes que me dieron la pinta de ser del equipo de rodaje. Así pues, me dispuse a esperar acontecimientos.
La estrella del momento era el letrero, sujeto en la mitad del vallado, que informaba del motivo de la reserva de espacio. Muchos viandantes se acercaron hasta el letrero sólo para leer su contenido. Constatación del denominado porterismo de a pie.
Mientras un guardia urbano recetaba un refresco del código de circulación a un vehículo aparcado sobre la acera, un amable señor me ponía en antecedentes: "Esta mañana, bien temprano, esa pareja de jóvenes, --se refería a la pareja bohemia-- ya estaban ahí con los arreos para ir vallando la zona conforme los coches se iban yendo. También se encargan de enseñar la autorización caso de ser requerida por la guardia urbana".
Enfrente nuestro, el chico y la chica se contorsionaban para desentumecerse.
Sin necesidad de permisos, el frío también estaba instalado en la zona.
Visto y no visto, llegó todo el mundo. Los técnicos de producción tomaban distancias, marcaban posiciones, medían la luz ambiente y verificaban que la escena se ajustase a lo indicado en el plan de rodaje. La taquilla fue adaptaba para la filmación. Un foco ocupó el sitio ante la segunda ventanilla. El armario de los carteles cedió su sitio a la cámara.
En cuestión de minutos me vi con una buena amiga, como extras, con una cuba de palomitas en el regazo, mientras hacíamos cola ante la ventanilla para comprar la entrada. Nuestro papel: llenar el campo de visión de la cámara. Toda una responsabilidad pues sólo faltaba que tuvieran que repetir la toma por causa nuestra.
Nos indicaron dónde ponernos, cómo comportarnos y qué decir al llegar a la ventanilla. También nos rellenaron el barreño de palomitas un par de veces dado que durante las pausas entre ensayos íbamos comiendo sin parar y el nivel quedaba fuera del campo de visión de la cámara. No es muy normal acercarse a comprar la entrada con las palomitas en el regazo pero ahora con la ley anti-tabaco en vigencia hay que matar los nervios de la espera de alguna manera y ésta es una muy nutritiva.
En total dos horas para una escena de treinta segundos.
Tiempo después me pasaron las fotos del día. No fue un día más, fue un día en la vida.
sábado, 1 de septiembre de 2007
Alberto Jiménez es David
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David es veterinario, es decir, hoy en día una figura heroica. Y como Alberto Jiménez no puede evitar arrastrar un halo más bien mítico, resulta que David se ha beneficiado de ello y se ha convertido en algo muy parecido al arquetipo del héroe romántico atractivo para las mujeres porque algo hay en él de extraño, de misterioso, de magnético y de imposible. Un hombre de pasado un punto desconocido, con dificultades para consolidar una relación amorosa y que a pesar de su vocación de solitario no puede vivir sin una mujer a su lado. Dicen de él –de David, no de Alberto Jiménez- que ha salido con muchas mujeres, que liga mucho, que “domina” mucho. Lo dice precisamente Julia, contándoselo a su amigo Aparisi.
Aparisi y David podrían ser amigos, pero de por medio está Julia. David comprende muy bien a ese patito feo de Aparisi, porque dice haber atravesado la fase de no ser correspondido en el amor. Pero el joven al adulto le entiende bastante menos. Le pilla en sus contradicciones ¿le gusta su sobrina? ¿no es cierto que le complace hacerse “el gallito” delante de ella? Sí, David tiene sus contradicciones y nadie mejor que Alberto Jiménez las ha sabido integrar en un personaje coherente que es, a la vez, sabio e ignorante, seguro e inseguro, valeroso y temeroso, cálido y distante, amigo y rival. Con admirable sobriedad en el matiz. Y con ese halo mítico como de ángel, de demonio, de extraterrestre, de especial, que persigue a Alberto Jiménez por ser como es, y que hemos podido ver tanto en el padre tatuador de “El bola”, de Achero Mañas, como en el astronauta suicida de “Nada es casual 3”, la obra de teatro que él mismo ha dirigido junto a Rosa Manteiga.
Alberto Jiménez tiene intuiciones sobre sus personajes que deberían ser de obligada escucha y cumplimiento para el director con el que trabaje. Porque acierta siempre. Siempre. Probablemente, por eso Alberto ha trabajado con una nómina de directores que impone: Pablo Llorca, Gerardo Herrero, Gonzalo Suárez, José Luis Gómez, Imanol Uribe, Alejandro Amenábar, Gerardo Vera… Esta vez ha trabajado con un montón de gatos y con un equipo de actores y técnicos que se han convertido en sus amigos.
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