Conocí al poeta-dramaturgo-cineasta maldito Vladimir Vera antes de que fuera maldito. En realidad, lo era ya hacia el 2009, pero de forma oficiosa. Por aquel entonces estrenó en calidad de director la obra "Bob" de Daniel MacIvor, con Alba Yáñez en el papel principal, en la nave Ivanow. Son obras de vanguardia como esta las que han dado a Barcelona el matiz cosmopolita del que siempre ha presumido. Aunque en este caso, amigos, quien contribuía a la tendencia era un venezolano de nombre algo ruso.
Algún tiempo después este hombre joven, fundador de la compañía Teatro Forte, cuya aparente tendencia depresiva no hace sino insuflarle una más que envidiable fuerza, volvió a la carga, adaptando textos de Chuck Palahniuk, en sus "Crónicas Palahniuk", cinco monólogos que respiré en olor de culto en un teatro desbordado. Mis aplausos y de nuevo mi respeto para el poeta revolucionario.
¿Le extraña a alguien que Vladimir se oriente a dirigir un texto de Rodrigo García? Era una comunión en el horizonte. Me refiero a "Goya" (que en su momento vi interpretada en Barcelona por un actor de "Pactar con el gato", permitidme la digresión: me refiero a Juan Loriente). Pues bien, ahí sucedió lo que los profetas más baratos podían prever: la obra sufrió los rigores de la censura y la prohibición. Vladimir Vera se ha convertido así, oficialmente, en maldito.
Hay que ir a Caracas para verla en su estreno ahora en un teatro distinto del original. He tenido el privilegio de participar en una especie de promoción de esas hipermodernas que Vladimir suele poner en práctica (y de las que tengo que aprender). Véase:
<· Goya ·>
Y sobre el exitazo de "Goya", con la magnífica actriz Fedora Freites de protagonista, podéis leer la siguiente crítica:
<· elespectadorvenezolano.blogpsot.com ·>
<· Goya en apuros ·>
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