Sólo para ir calentando motores, me gustaría decir que la película ha recibido algunas críticas referentes al tema de los okupas. Un conocido diario hablaba de que se había pretendido ofrecer un "retrato amable" de este movimiento. En el mismo diario, el guionista y director que suscribe estas líneas se posicionó en una entrevista a favor de los okupas culturales y eso provocó una cascada de reacciones, la mayoría contrarias a esas palabras. Una de las menos estridentes decía que no se podía criticar la contaminación acústica y a la vez estar a favor de los okupas.

Debo aceptar mi desconocimiento real de la vida interior de uno de estos locales. No he vivido en una casa okupa. Aunque hayamos rodado en interiores auténticos, incluso con algunos figurantes que son verdaderos okupas, eso no quiere decir que el retrato sea documental. Pero tampoco es documental el retrato que se hace del barrio de Gracia. Todo está en un cierto registro idealizado. En el fondo, estoy por dar la razón al crítico que hablaba de "retrato amable".


(Carga piedras... y acarrearás comentarios)
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