El viernes 14 de noviembre del 2008 una veintena de alumnos del "Máster de Dirección de Cine y Televisión de la Universidad Ramon Llull / Sagrera" sometieron a examen la película, que habían visionado el día antes en el aula.
Entre los comentarios, destaco los siguientes:
Sara, la novia de David, desaparece demasiado de golpe, a mitad de la película; falta al menos una conversación con Julia que aclare las cosas. Una aparición postrera, algo, lo que sea.No puedo estar más de acuerdo y lamento de veras no poder corregirlo.
Planteada la posibilidad de si una escena de sexo entre Julia y David hubiera mejorado la película la respuesta fue unánime: no. Insistí sobre ello, puesto que los alumnos eran jóvenes, mitad hombres y mitad mujeres... ¿por qué no una escena de sexo feminizante, dulce, suave, erótica, tal vez soñada?. Eso fue lo que valoramos en su momento diversos miembros del equipo. La respuesta de los jueces se repitió nuevamente unánime: no.Es decir, ahí parece que acertamos.
Sí a la secuencia bajo la lluvia de David y Julia en la que no se llegan a dar el beso (al final del segundo acto). Para algunos, es lo mejor de la película. Pero con matices, puesto que uno de los examinantes considera que ese es efectivamente el punto más alto del film y que, a más de 20 minutos del final, la curva de interés no vuelve a remontar.
El personaje de la protagonista Julia fue considerada algo “borde” al manipular de tal modo a Aparisi (que siempre gusta a casi todos), mostrándose en ocasiones bastante desagradable, y encima al utilizar continuamente a su gata, para acercarse a David. Pero a la vez los espectadores entendieron su actitud, puesto que cuando no se es querido uno puede actuar así al considerar que el mundo entero está en contra.
Se consideró que no es suficiente antecedente de elemento surrealista la simple aparición del detective de ruidos al principio. Falta algo más, una anécdota o historieta, que anticipara los surrealismos que entran más tarde con el mismo detective y con la neurótica de ruidos.
Parece ser que el euskera de Julia en la canción “Parlem-ne” (Hablemos) al principio en la cafeta es más bien deficiente. Dos hablantes lo confirmaron.
Cito algunas opiniones personales que considero válidas, puesto que con toda seguridad son representativas de otras muchas miradas y lecturas.
Las chinas: una espectadora no entendió su presencia en la historia.
Demasiado hablar, se habla en exceso… son mejores las secuencias en silencio y hay algo incoherente en el global entre tanto parloteo.
Mucho más atractivos los personajes secundarios, especialmente la neurótica de ruidos.
Una reducción de hasta 15 minutos no hubiera ido mal, hasta dejar la película en 85 minutos en lugar de los 100 que tiene ahora.Pienso que 5 minutos menos sin duda mejorarían el global, aunque con la mejor voluntad extirpadora me vería hoy todavía incapaz, a un año del estreno, de cortar más de 3 minutos.
Agradezco sumamente este examen constructivo a los alumnos del máster.
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