viernes, 2 de septiembre de 2016

Ben-Hur, cuadriguero en una escena bella, emocionante e inspiradora

La carrera de cuadrigas de Ben-Hur: A Tale of the Christ (1925) de Fred Niblo, con guión de June Mathis y montaje de Lloyd Nosler, y de Ben-Hur (1959), de William Wyler (Andrew Marton, director de segunda unidad, dirige la secuencia de las cuadrigas), guión de Karl Tunberg y montaje de John D. Dunning y Ralph Winters. Los dos filmes están basados en la novela homónima de Lee Wallace.

Estas dos secuencias de acción, remake la una de la otra, son hijas de la idea principal del argumento del filme: el enfrentamiento de dos amigos convertidos en rivales, Messala, el romano, y Ben-Hur, el judío. El argumento, por tanto, es el de los hermanos o amigos enfrentados que acostumbra a comportar, como en el caso de Caín y Abel, un desenlace trágico. Messala es el amigo que se convierte en malvado, Ben-Hur es el héroe. Los dos filmes son producciones de gran presupuesto y las secuencias de las cuadrigas están rodadas con todo el lujo industrial del momento. Las dos tienen la misma duración, 10 minutos. Las dos necesitan para su comprensión que el espectador esté informado en todo momento de lo que está pasando, cuál es el carruaje del bueno (los caballos blancos de Ben-Hur), cuál es el del malvado (los caballos negros de Messala), cuál es la distancia que les separa, cuál es la situación espacial respecto de los otros contendientes y el tiempo que falta para que la carrera termine. Es decir, que estamos en la línea de la secuencia de acción de carácter didáctico.

En el caso de la secuencia de 1959 se añaden numerosos insertos de las ruedas con sierra de Messala, que provocan diversas víctimas antes del clímax final. El ritmo de montaje no es muy diferente en las dos secuencias. Planos breves, muchos de ellos de 1 ó 2 segundos, en general más largos en la secuencia muda, donde también se buscan más puntos de vista, como algunos -no realistas- desde el suelo. Ritmo rápido, diversidad de puntos de vista, carencia de errores en los ejes direccionales en las dos versiones (lo que significa que en 1925 la gramática visual clásica está perfectamente instalada). La diferencia fundamental radica en que la secuencia de 1959 está mucho más tramada que la de 1925. Mientras que en la muda sólo se produce el accidente y la caída de un solo participante, el conductor griego, antes del clímax final con la lucha de los dos rivales, en la secuencia moderna la sucesión de acontecimientos y picos emotivos es constante. Cada minuto sucede algo, los accidentes son numerosos y Messala es más malvado al utilizar ruedas con sierra y provocar hasta tres caídas de oponentes antes de intentar lo mismo con Ben-Hur y dirigir su látigo contra él. Además, se añade en la versión moderna el atropello de un soldado, que provoca una espectacular pirueta del protagonista, Ben-Hur, a punto de caer. La suspensión de angustia a causa del continuo viaje en travelling es similar en las dos secuencias pero la indignación que provoca en el espectador el juego sucio de Messala puede elevar más la temperatura en el caso de la versión de 1959. Por la misma razón, el castigo de Messala en el remake es visualmente más cruel al ser arrastrado por sus propios caballos y pisado después por otro carruaje durante un lapso de más de 20 segundos (6 planos, mezclados con contraplanos de los observadores). La diferencia fundamental entre las dos secuencias, pues, es que la moderna está mucho más tramada y es más cruel. La de 1925 es más bella, la de 1959 es más emocionante.


Ben-Hur (1959) Fragmento

En La Guerra de las Galaxias: Episodio I - La amenaza fantasma (Star Wars: Episode I - The Phantom Menace, 1999) de George Lucas hay una secuencia de puesta al día de la carrera de cuadrigas de Ben-Hur en forma de carrera de naves en torno de un coliseo y los desiertos alrededor de él que contiene los mismos elementos dramáticos que las secuencias de las cuadrigas: un malvado que practica el juego sucio, diferentes contendientes que son progresivamente eliminados, masas de espectadores que corean cada incidente, los amigos del héroe que observan y sufren por su suerte y un clímax final con el héroe y el malvado enfrentados en plena carrera en una lucha final con las naves “pegadas”. La duración de esta carrera de naves es idéntica a las anteriores versiones de las cuadrigas: 10 minutos.

Star Wars: Episode I - The Phantom Menace (1999)


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