- Modelo Bullit o narrativo.
- Modelo Campanadas o estetizante.
El modelo Bullit es narrativo.
El Modelo Campanadas, en referencia a la batalla en el punto medio de “Campanadas a Medianoche” (Chimes at Midnight, 1965) de Orson Welles con montaje de Elena Jaumandreu, film que hereda diversas características de obras de Sergei Eisenstein como “Alexander Nevsky” (1938), está referido a la secuencia de acción que busca la belleza de la velocidad y de la violencia prescindiendo de la información didáctica; se trata de un concepto cercano al Manifiesto Futurista de 1915: la belleza de la velocidad (“es más bello un coche lanzado a toda velocidad que la Victoria de Samotracia”). Volúmenes en movimiento que se desplazan, golpes en primer plano, aceros centelleantes, flechas en todas direcciones, caballos que se desploman en la niebla, fugas abstractas de color (o en blanco y negro). No sabemos quién gana o pierde, lo que puede atacar a la misma narración, sin embargo estamos embarcados en el espectáculo hipnótico de la forma en movimiento.
El modelo Campanadas es estetizante.
Las dos tipologías son de ritmo rápido pero el modelo Campanadas puede presentar una fragmentación mayor y puede en consecuencia manifestar la más alta de las velocidades. La reminiscencia visual –o lastre de la imagen- propia de los planos en movimiento (el movimiento del plano 1 se prolonga en la mente del espectador en parte del plano 2) se acentúa por la brevedad de los planos, produciendo un efecto hipnótico (habitual, por cierto, en la estética del videoclip y de algunos musicales de ritmo rápido), un centelleo impresionista orientado a la alteración sensorial. Por lo general las persecuciones de coches (“car chase scenes”), de motos o de naves espaciales, que necesitan informar sobre el desplazamiento y los incidentes del mismo, suelen seguir el modelo Bullit. Las batallas –al igual que los enfrentamientos deportivos televisados- son también preferentemente didácticas (modelo Bullit por tanto) pero en ocasiones adoptan la otra tipología. Las competiciones de carreras, como un torneo de cuadrigas (por ejemplo, cualquiera de las versiones de “Ben-Hur”), o una carrera televisada de coches o motos, siguen lógicamente el modelo Bullit, porque el espectador necesita estar informado en todo momento. Las peleas se reparten entre los dos modelos o bien son una mezcla de ambos.
Podría suponerse que en general el cine comercial se acerca preferentemente al modelo Bullit, como sucede en la mayoría de films de Steven Spielberg, por ejemplo “En busca del arca perdida” (Raiders of the Lost Arch, 1981), con montaje de Michael Kahn, o algunas secuencias emblemáticas del cine de acción como la persecución del coche al convoy del metro por las calles de Nueva York en “The French Connection, contra el imperio de la droga” (The French Connection, 1971) de William Friedkin con montaje de Gerald Greenberg, pero hay numerosos ejemplos de lo contrario. Algunas de las secuencias de boxeo de “Toro salvaje” (1980) de Martin Scorsese con montaje de Thelma Schoonmaker son modelo Campanadas, incluso el desembarco de Normandía en “Salvar al soldado Ryan” (Save Private Ryan, 1998) de Steven Spielberg con montaje de Michael Kahn contiene numerosos elementos experimentales que lo acercan al modelo del film de Orson Welles. Diversas secuencias de peleas estetizantes, como la nocturna de “Skyfall” (2012), de Sam Mendes con montaje de Stuart Baird, con las siluetas de los personajes en lucha sobre un fondo de luces en movimiento, tienden más al modelo Campanadas al primar la belleza por encima de la narración.
La mezcla de los dos modelos puede darse también en el cine comercial: a menudo una secuencia empieza siendo Bullit y en los picos climáticos se va a Campanadas.
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