lunes, 5 de septiembre de 2016

A propósito de "Jason Bourne" (2016)

La Saga de Bourne se caracteriza por brillantes secuencias de acción que se ajustan preferentemente al modelo Bullit. Más densas y rápidas que el “Bullitt” original de 1968 pero la idea didáctica de saber siempre dónde estamos y quién persigue a quién es esencial en los films de la Saga Bourne. Por ejemplo, la carrera del protagonista saltando de balcón en balcón para salvar a la chica del malvado Desh (con ese travelling acompañando uno de los saltos, que se ha conformado como uno de los planos leitmotiv de la saga) en “El ultimátum de Bourne” (The Bourne Ultimatum, 2007) de Paul Greengrass con montaje de Christopher Rose. Sabemos que la chica está en peligro, más o menos tenemos idea de la distancia del malvado a la chica, sabemos que Bourne se dispone a salvarla, vemos a través de la mirada de Bourne al malvado y a la chica. Cada salto de Bourne está perfectamente diseccionado en los planos apropiados para que el espectador no se pierda en las direcciones. Y el montaje es de estilo soviético de los años veinte, vertiginoso pero no hasta el punto de no ser didáctico.

Clip: Bourne y Desh.

Otro ejemplo es la secuencia del punto medio de “El caso Bourne” (The Bourne identity, 2002), de Doug Liman con montaje de Saar Klein, en la que la policía persigue el mini rojo conducido por Bourne con la chica a su lado por las calles de París, una perfecta muestra de modelo Bullit con el ritmo del año 2002.

El mini rojo en París

La persecución de coches en Moscú de “El mito de Bourne” (The Bourne Supremacy, 2004) de Paul Greengrass con montaje de Richard Pearson y Christopher Rouse, está tal vez en el límite rápido del modelo Bullit: seguimos la peripecia de la huida del personaje y entendemos la carrera hasta el túnel con el clímax de golpes laterales, tiroteos y choque final, todo ello explicado en uno de los límites más veloces posible de densidad y fragmentación.

La persecución en Moscú

La persecución a pie en Berlín de este mismo film, aunque también extremadamente rápida y repleta de pequeñas elipsis espacio-temporales, se ajusta también al modelo Bullit: entendemos la huida del protagonista a través del metro, el barco fluvial y el puente. La multitud de peleas de la saga tienden al modelo Bullit, por ejemplo la pelea a cuchillos observada por la horrorizada chica de “El caso Bourne” (2002) o la de cuchillos y cables de teléfono –esta con algunas derivaciones abstractas propias del otro modelo- de “El mito de Bourne” (2004).

El denominado clip 6 con parte de la persecución de Jason Bourne al personaje llamado “El activo” que interpreta Vincent Cassel, en el bloque final de la por ahora última entrega de la saga, “Jason Bourne” (2016) con guión y dirección de Paul Greengrass y con guión y montaje de Christopher Rouse, podría considerarse un mix de las dos tipologías:

Jason Bourne: Clip 6.
la velocidad del montaje es tal vez excesiva para ser didáctica, a pesar de tratarse de una secuencia con desplazamiento y diversos incidentes, es decir, una persecución (51 cortes en 51 segundos, una velocidad de vértigo que agradaría a Dziga Vertov y que es de las más altas que pueda recordar cualquier analista). Si bien es cierto que Bourne mira siempre hacia la derecha del encuadre, en cierto número de planos su propio coche corre hacia la izquierda, lo que puede tender a desorientar. El personaje perseguido, El activo, mira hacia la derecha en el segundo 5, al inicio del clip, y hacia la izquierda en el segundo 18. Si se analiza plano a plano existe cierta eximente por la cantidad de planos subjetivos, sobre la misma línea del eje, que permiten poder viajar de un lado a otro del eje de direcciones, e incluso todo alcanza la mayor coherencia, pero todo marcha tan rápido que la percepción general en un primer visionado conduce al modelo Campanadas de belleza de la velocidad al margen de la cuestión didáctica. Los pulsos de mayor densidad van en la dirección Bullit: mayor fragmentación en los picos climáticos de las colisiones, la del principio y la del final del clip, lo que significa que sí que sigue habiendo voluntad narrativa. La circunstancia de situar la secuencia en Las Vegas, la ciudad nocturna con mayor densidad de luces de neón de distintos colores, contribuye a elevar el índice de belleza estética en movimiento (modelo Campanadas). De hecho, este clip es representativo de todo el film. Una primera secuencia de acción en Atenas de noche, trepidante, con planos brevísimos, pero con voluntad informativa sin la cual no se podría entender –y en consecuencia disfrutar- la acción, sitúa ya el estilo de este film en el punto medio de los modelos mencionados.

Así, en la persecución de Las Vegas prima –a pesar del movimiento lógico de una persecución y los diversos incidentes de la misma- el modelo Campanadas por encima -o al menos en igualdad- del modelo Bullit. La alta velocidad de fragmentación, signo de nuestros tiempos, conduce a estos nuevos ejemplos de mezcla de modelos. Esta mezcla supone probablemente una novedad en la trayectoria de la secuencia de acción.

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