sábado, 26 de abril de 2008

Tres en uno: visto y no visto, pero a conciencia

  • Taller de guión: conclusión en la acción.
    La fugacidad de los detalles no escapa a la capacidad visual de captación de la mente, capaz como ella sola de hacerse una composición de lugar a partir del hecho visual y acústicamente violento de lanzar contra el suelo la figura de un gatito: la descarga liberadora de tensión que nos produce el simbólico destrozo de aquello en lo que habíamos depositado esperanzas, invertido esfuerzos y supeditado expectativas o, resumiendo radicalmente, si no para mi, entonces para nadie.

  • Taller de producción: ambientación de la acción.
    La secuencia es visto y no visto pero está preparada a conciencia: desde la lámpara flexo de la mesita de noche que alumbra contra la pared, siguiendo por la iluminación de claroscuros del hábitat protagonista, pasando por todos los detalles ornamentales que entran en plano y desembocando en el resolutivo lanzamiento que deja significativamente hecho añicos lo que hasta instantes antes había sido el símbolo inspirador y conductor.

  • Taller de realización: encuadre y ¡acción!.
    (Véase la escena que los fotogramas hablan por sí solos).
Si el guión es explícito y la producción concienzuda, tras el tres en uno de "Silencio, cámara, ¡acción!" el ojo percibe y la mente suma y sigue.

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