viernes, 5 de diciembre de 2008

Extensión del mandamiento de no matar

Según la neuróloga italiana Rita Levi Montalcini, de 99 años, Premio Nobel en 1966, los insectos no evolucionan desde hace millones de años, ni lo harán en los próximos millones.


¿Por qué?

Porque son genéticamente perfectos.

El hombre sí que evoluciona, puesto que está en una fase cerebralmente todavía bastante primitiva.

Así, la imagen rutinaria del niño o del hombre pisando un escarabajo o aplastando una mosca podría ser vista por un observador imparcial como la de un ser muy imperfecto –pero que se cree poderoso y por tanto impune- destruyendo a un ser perfecto.

Una parte de la imperfección del ser humano está en su desprecio por la vida no humana.

Curioso que sea así porque en los códigos principales de la inteligencia de nuestra especie, es decir, en todas las culturas de todos los tiempos, brilla con luz propia una orden: “no matarás”.

Deberíamos aclarar o extender el mandamiento de manera que su enunciado llegue a ser algún día: “no matarás a ningún ser vivo”.

Actualmente, el genocidio de animales es un hecho que daña a la persona sensible. El sacrificio de perros y gatos es una constante en nuestras ciudades. Y en un orden de cosas diferente pero que manifiesta el atractivo del espectáculo de la violencia sobre el animal está la sofisticación de la tortura en los ruedos, que entre otras cosas pone a prueba los límites de la moralidad de los asistentes a la fiesta, que anteponen el arte a la crueldad más extrema con ejecución final y aplauso para el matador.

Existe un proyecto a nivel nacional para montar una coordinadora que organice el rescate, la adopción, la alimentación y la asistencia veterinaria para animales que en este momento están siendo sacrificados, como perros, gatos, hurones o incluso caballos. Parece que resulta todavía más cómodo a las instituciones seguir sacrificando que organizar la supervivencia. Esto también choca contra el objetivo principal de todos los códigos de inteligencia, que no es más que el de la supervivencia de la especie. De la especie humana, claro. ¿Deberíamos añadir algo más a ese objetivo?. ¿Por ejemplo: “supervivencia sin eliminación de las otras especies”?, O, de forma más egoísta: “sobreviviremos mejor y más placenteramente junto a los animales”. Creemos que mucha gente ya piensa en ese sentido, por suerte la generación más joven. Es conveniente cambiar el punto de vista de la administración y del gobierno para racionalizar este problema.

Este proyecto de rescate necesita de apoyos. Te invitamos a sumarte a él. El camino hacia el futuro pasa por respetar la vida.

1 comentario:

Rosa Burgos Pérez dijo...

Yo creo que precisamente a no matarás no le hace falta ninguna explicación. En todo caso Respeto a la vida, sea animal (humano o no humano) o vegetal.
Amor por GAIA, cooperación de nuestra especie con la protección de la vida.